Seguro que has oído hablar sobre el síndrome de burnout, pero ¿sabes en qué consiste?

En este artículo vamos a hablar sobre qué es el síndrome de burnout y cuáles son sus síntomas.

¿Qué es el síndrome de burnout?

El síndrome de burnout (también llamado síndrome de estar quemado o de desgaste profesional) aparece cuando un trabajador percibe que sus propios objetivos o ideales no se corresponden con la realidad de su desempeño laboral.

En el año 2000 la OMS declaró el síndrome de burnout como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso poner en peligro la vida de las personas. Asimismo, en 2019 la declaró como enfermedad y a principios de 2022 la incluyó en la CIE-11.

Aunque en un primer momento el síndrome de burnout afecta al entorno laboral, sus consecuencias se extienden a otras áreas, como el ámbito personal, social y familiar. Por lo tanto, se trata de un fenómeno que tiene un elevado coste, tanto económico como personal.

¿Qué diferencias hay entre el estrés y el síndrome de burnout?

En ocasiones se confunden los términos: el burnout no es estrés laboral, sino una forma desadaptativa de responder a él.

El estrés es la respuesta de nuestro organismo ante un estímulo potencialmente estresante. En el ámbito laboral, podría ser un horario largo o una carga excesiva de tareas.

En cambio, el burnout es un síndrome exclusivo del contexto laboral y puede aparecer sin que haya estrés. Aparece una gran falta de motivación que inhibe las capacidades del trabajador.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de burnout?

Cuando aparece el síndrome de burnout, el trabajador sufre un cansancio mental y físico que afecta a su desempeño laboral: no tiene sensación de logro, disminuye su rendimiento o eficacia laboral, pierde interés por sus tareas e incluso llega a abandonar su puesto.

Poco a poco el desgaste profesional va en aumento, el trabajador se siente frustrado y tiene dificultades para resolver los problemas que se le presentan, incluso para llevar a cabo tareas que antes le resultaban sencillas.

Podemos clasificar los síntomas principales del síndrome de burnout en 4 grupos:

1. Trastornos de conducta:

• • Descontrol de impulsos

• • Impaciencia

• • Irritabilidad

• • Agresividad

• • Trastornos de la alimentación

2. Trastornos emocionales:

• • Desmotivación generalizada

• • Labilidad emocional (llanto fácil)

• • Baja autoestima

• • Ansiedad

• • Depresión

• • Déficit de atención y concentración

• • Sentimiento de fracaso e impotencia

• • Poca realización personal

• • Nerviosismo constante

3. Síntomas físicos:

• • Alteraciones gastrointestinales

• • Cefaleas y migrañas

• • Trastornos cardiovasculares

• • Trastornos del sueño

4. Síntomas conductuales defensivos:

• • Negación de la realidad o de las emociones

• • Ironía

• • Cinismo

• • Deshumanización

• • Frialdad afectiva

¿Cómo afecta el síndrome de burnout a nuestro sistema nervioso y nuestro sistema inmune?

Según estudios científicos⁽¹⁾, el síndrome de burnout nos afecta a nivel cerebral en la amígdala (alteración de las emociones), provoca efectos negativos en la neurogénesis del hipocampo (déficit de memoria) y daña la corteza prefrontal (disminución del control personal y la toma de decisiones). 

Además, el burnout afecta a nuestro sistema nervioso simpático, provocando un estado continuo de alerta. Esto deriva en un desgaste de energía y en malestar físico.

Por último, el burnout también afecta a nuestro sistema inmune, haciendo que disminuya su eficacia defensiva ante patógenos. 

¿Qué grupo de profesionales sufren con mayor frecuencia el síndrome de burnout?

En general, el síndrome de burnout es más frecuente en profesiones relacionadas con la ayuda y en profesionales con una gran vocación. Parece que los trabajadores que suelen sufrir burnout tienden a ser personas idealistas (a veces utópicas), solidarias y entregadas con los demás.

En este sentido, el burnout es un fenómeno muy frecuente entre profesores, trabajadores sociales y profesionales sanitarios. En concreto, el personal de enfermería es uno de los principales grupos de riesgo.

Según la Academia Nacional de Medicina de EE.UU., el síndrome de burnout afecta a la calidad asistencial y aumenta el riesgo de demandas por negligencia ⁽²⁾.

¿Cuáles son las consecuencias de no tratar el burnout?

Por un lado, el síndrome de burnout tiene consecuencias para la empresa: pérdida de motivación, insatisfacción laboral, rotación, absentismo y abandono.

Por otro lado, a nivel individual, los estados prolongados de estrés elevado pueden desencadenar algunos problemas de salud  y favorecer la aparición de enfermedades, como las cardiovasculares, la obesidad, diabetes o relacionadas con la salud mental. En algunos casos, los trabajadores llegan a abusar de psicofármacos y otras sustancias tóxicas.

En definitiva, el síndrome de burnout es un proceso progresivo que, si no se trata, puede provocarnos un estado continuo de agotamiento con consecuencias peligrosas a largo plazo para nuestra salud, llegando a la incapacidad laboral. 

Dado que nuestro colectivo sanitario es uno de los más vulnerables al síndrome de burnout, es importante que aprendamos a prevenirlo y detectarlo a tiempo, así como poner en marcha acciones para afrontarlo y tratarlo.

Muchas investigaciones, algunas de ellas en el ámbito de la enfermería, indican que la inteligencia emocional ayuda a tener una mayor satisfacción laboral, mejor bienestar físico y emocional y menor frecuencia del síndrome de burnout ^{(3, 4)}.

Referencias

⁽¹⁾ Egeland, M., Zunszain, P. A., & Pariante, C. M. (2015). Molecular mechanisms in the regulation of adult neurogenesis during stress. Nature Reviews Neuroscience, 16(4), 189-200. doi:10.1038/nrn3855

⁽²⁾ Relly Nadler Psy.D., M.C.C.(2018): 10 Reasons Why Physicians Need Emotional Intelligence. Psychology Today.

⁽³⁾ Berrios MP. Augusto JM. Aguilar MC. Inteligencia emocional percibida y satisfacción laboral en contextos hospitalarios. Un estudio exploratorio con profesionales de enfermería. Index de Enfermería. 2006; 15 (54):30-34.

⁽⁴⁾ Freshman B. Rubino L. Emotional intelligence: a core competency for health care administrators. HealthCare Manager. 2002; 20:1-9.