La preocupación es frecuente en nuestro trabajo. A veces nos preocupamos ante un paciente del que no tenemos un diagnóstico cierto o seguro, ante un eventual mal desenlace, ante una situación que imaginamos como una amenaza… la preocupación nos alerta sobre la amenaza. Bien si tiene esa función adaptativa.

El problema surge cuando nos quedamos enganchados en esa preocupación. Normalmente cuando sentimos preocupación, aunque creamos inconscientemente que estamos haciendo algo efectivo, frente a esta supuesta amenaza en el horizonte al preocuparnos, en realidad solo nos dejamos llevar por ella hacia la incertidumbre, a dar vueltas y a enredarnos en ellaLa preocupación se contraresta con la acción, porque siempre actuamos cuando nos ocurre algo, siempre respondems, siempre hacemos algo, sea efectivo o no. La clave está en hacer algo que sea realmente efectivo.

A veces tomar acción puede ser tan simple como hablar de tu preocupación con alguien, y que ese alguien te haga de espejo y de reflejo de lo que te está ocurriendo. A veces escucharte verbalizando lo que te preocupa es suficiente para cambiar la perspectiva, tu interlocutor te hace una pregunta acerca de un aspecto que no te habías planteado.

Algo que me parece importante es que, frente a eso que nos preocupa, de nuevo, podamos conectar con nosotros mismos. ¿Qué nos preocupa? y ¿En qué modo nos preocupa? y ahí ser consciente de tus reacciones corporales, de cómo se siente tu cuerpo visualizando una elección u otra. Escucha a tu cuerpo, sus sensaciones suelen ser una guía muy orientadora sobre esta decisión que tienes que tomar, porque nos preocupa el fallar, el no elegir la decisión correcta.

Así que, la preocupación va a estar presente, como esa alerta frente a una amenaza y dos simples acciones como hablarlo, verbalizarlo y tomar conciencia de nuestras sensaciones corporales pueden ser suficientes para que esta preocupación desaparezca y transitemos este camino desde preocuparnos por las cosas a ocuparnos de ellas.

  

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

Suscríbete al blog y recibe mi guía gratuita

Descubre cómo 4 prácticas sencillas de Inteligencia Emocional pueden ayudarte en la gestión del estrés diario

Hoy puedes empezar a sentir destellos de serenidad en el caos de la consulta.

¿Quieres conocer más? Mira estos artículos que tenemos para ti:

>