Imagínate una historia clínica que empiece así: “Es madre de tres hijos, profesora retirada y una gran aficionada al ciclismo”. En un interesante artículo publicado en el blog de BMJ Opinion por el Doctor Abraar Karan titulado “Changing the way we communicate about patients” (Cambiando la forma con la que nos comunicamos con los pacientes), se reflexiona sobre esta posibilidad con el fin de humanizar a los pacientes y popularizar un lenguaje en las historias clínicas que acabe produciendo que los propios profesionales sanitarios hablen acerca de sus pacientes de forma más humana y cercana.

La teoría del Doctor Abraar Karan me ha dado mucho que pensar. Según él, nuestra deshumanización comienza en el momento en que ese paciente X se convierte en un caso más, pongamos “una mujer de 67 años con dolor abdominal”. Pero nos hemos parado a pensar ¿qué hay detrás de su historia?, ¿qué deportes le gustan?, ¿qué frustraciones deberá afrontar al no poder hacer lo que quiere con estas dolencias?.

He descubierto la interesante reflexión del Doctor Karan en un artículo firmado por Mónica Almiñana y que ha sido publicado en un blog de Avances en gestión clínica (lo puedes leer aquí [+]). Almiñana nos habla de un descubrimiento que ha hecho recientemente en el congreso de Humanización Internacional celebrado en Valencia. Resulta que una paciente presentó una ponencia llamada “el decálogo del paciente” en la que se preguntaba “¿Qué es lo que queremos los pacientes?”. Parece ser que toda la presentación fue muy sobria y directa, igual que la pregunta con la que el paciente la había titulado. En 10 transparencias, la paciente, de 45 años, periodista que padece una enfermedad grave y que ha tenido que lidiar con largas estancias de hospitalización, iba desgranando lo que, a su parecer, los pacientes desean del trato con el profesional sanitario. 

Tal y como comparte Mónica Almiñana en la página web que publica el artículo, el decálogo reseña las siguientes expectativas:

 

  1. Por favor llámame por mi nombre. No queremos ser un número.

  2. Explícame lo que me pasa con un lenguaje que pueda entender.

  3. Dadnos tiempo para digerir noticias difíciles.

  4. Practicad la escucha activa, tened paciencia.

  5. No nos engañéis, decidnos la verdad, pero cuidad, por favor, como decís la verdad. Las palabras y los silencios importan.

  6. Sed empáticos y, si es posible, simpáticos. Cuidad vuestro lenguaje no verbal. Toda enfermedad convierte al paciente en un experto en analizar e interpretar todo lo que hacen o dicen sus profesionales… aunque saquemos conclusiones erróneas.

  7. No queremos luchar contra la administración, la burocracia o los tribunales médicos.

  8. Formemos un equipo. NO me des por perdido si yo no lo he hecho.

  9. No nos gusta sentirnos enfermos. Humanizad los hospitales: la música, las actividades y los colores… Se puede ir más allá del blanco y del verde.

  10. Sabemos que no siempre nos vais a poder curar, no somos inmortales, pero siempre nos podréis CUIDAR.

 

Me parece que lo interesante de este decálogo del paciente, que destaca por lo que podríamos llamar su sentido común, es que presenta una serie de cuestiones que son relativamente fáciles de aplicar en nuestro día a día. Creo que podemos conseguir esta excelencia en empatía, capacidad comunicativa y asertividad trabajando y aprendiendo herramientas de Inteligencia Emocional. Un campo en el que hay mucho que aprender y mucho camino por recorrer.

Recuerda que el viaje más lejano empieza con un simple paso. 

 

 

Decálogo del Paciente – CIESAN from Marisa Valiente on Vimeo.

 

 

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