Estos días creo que estamos todas pensando en las vacaciones, (o puede que algunas ya os encontréis en vuestros destinos, ¡Qué suerte!). El tiempo de las vacaciones tienen que servirnos para desconectar y relajarnos, pero pienso que de algún modo también lo podemos utilizar para «reconectar» con nostros mismos, y para aumentar y aprender más cosas sobre nuestra inteligencia emocional, de modo que al volver de nuestras vacaciones seamos un poco más sabios y sabias emocionalmente.

Quiero compartir un artículo que he traducido del experto en inteligencia emocional Harvey Deutschendorf en el que se nos presentan diversas técnicas que podemos realizar para disfrutar de unas vacaciones de forma emocionalmente inteligente. El artículo, llamado «Así es como la gente emocionalmente inteligente se va de vacaciones» fue publicado en la revista digital Fast Company y os lo recomiendo mucho.

¡Os deseo unos días de descanso emocionalmente muy inteligentes!

 

¿Estás haciendo tus maletas para irte a la playa? ¿Encendiendo una barbacoa? Ahora es el momento para abandonar las preocupaciones del trabajo y huir hacia algún sitio donde puedas relajarte, reiniciar, soltar lastre, y simplemente divertirte. La idea de hacer cualquier cosa que remotamente te recuerde a tu trabajo probablemente no te parezca muy llamativa – y ya está bien que sea así. Pero a pesar de eso, tus vacaciones no tienen por qué ser un tiempo muerto en lo que respecta al crecimiento personal.

Antes de que frunzas el ceño y te dispongas a desconectar de este artículo, hay buenas noticias para ti: Puedes expandir tus habilidad mientras te relajas y te “desestresas”. En otras palabras, tus vacaciones pueden ser un periodo de tiempo genial para mejorar tu inteligencia emocional – y, al mismo tiempo, hacerlo en “modo vacaciones”. Ya que la inteligencia emocional es una de las habilidades más importantes a trabajar en estos momentos para mucha gente, merece la pena echar una ojeada a lo que nos cuentan los veraneantes más inteligentes emocionalmente en sus libros.

 

UTILIZAN EL TIEMPO PARA LA INTROSPECCIÓN

En vacaciones, tendemos a relajarnos y a dejar que nuestras mentes desconecten de las presiones de nuestra vida diaria – o, por lo menos, esto es lo que esperamos al comprar billetes hacia destinos lejanos y exóticos. La clave está en hacer que esto pase realmente. Puesto que la conciencia de uno mismo es la base de la inteligencia emocional, merece la pena planificar unas vacaciones que te den la oportunidad de darte cuenta de aquello que no verías en tu día a día.

La gente con una inteligencia emocional elevada entiende hasta qué punto todo esto puede ser importante. Mientras la velocidad de las cosas disminuye, pregúntate:

¿Qué clase de personas me irritan?

¿Qué clases de personas tiendo a atraer?

¿A quién me recuerdan estas personas?

 

Estar en un estado de paréntesis y de relajación es un momento excelente para darle una oportunidad a la introspección. Así que, desde luego, bébete un cocktail o sumérgete en un buen libro, pero fija también un poco de tiempo solo para ti, para dedicarlo a tus pensamientos.

 

BUSCAN LA FORMA DE EMPATIZAR CON LOS DEMÁS (PARA MEJORAR SU PROPIA SALUD)

Las vacaciones son un tiempo genial para observar a los demás. Cuando te encuentras en un momento relajado, eres más receptivo al resto de gente. Así que, ¿por qué no disfrutar de las cosas que observas en el resto de la gente? Comparte esta clase de juego con tus amigos o familia, y comenta las observaciones que habéis hecho de cada uno de vosotros o de otras personas que os rodean.

La mayoría de la gente hace esto dentro de su propia mente, mientras están viajando hacia un sitio que no conocen, o hacia un destino lejano. Fíjate en la gente y sus expresiones, su postura, sus vestidos y la forma de hablar – todas ellas son forma geniales de saber qué es lo que les pasa en sus vidas. De hecho, puedes incluso hacerte una idea de cómo son o lo que piensan de camino al cine, cuando sales a comer algo o cuando vas a un concierto.

La gente emocionalmente inteligente saca ventaja de las oportunidades que se le presentan para empatizar, y el veraneo presenta más oportunidades que no un típico día en la oficina.

 

PRACTICAN LA ASERTIVIDAD “EDUCADA”

Hay mucha gente que se esfuerza muchísimo intentando preguntarse qué es lo que quieren. Esta es la razón por la que la cultura de trabajo de nuestra sociedad suele basarse en la tensión pasivo-agresiva y el exceso de politiqueo. La gente emocionalmente inteligente se da cuenta de que lo peor que te puede pasar es recibir un no como respuesta, y que en caso de ser así no están en una peor situación que antes de haber pedido algo que realmente querían.

A lo mejor estás pensado en la sala de reuniones como el sitio en el que uno tiene que ser asertivo, pero durante las vacaciones basta con hacer unos estiramientos a tus “músculos de preguntas”. Cuando estés buscando un alojamiento, date un tiempo para buscar la mejor opción. Si hay un problema con tu comida, coméntaselo a quien te la ha servido. Simplemente sé educado. Tal vez por el simple hecho de que no verás a esa gente nunca más te será más fácil pedir lo que realmente quieres.

Esta es una práctica excelente para ir saliendo de tu zona de confort y tal vez haga que te sea más fácil hacerlo en otra ocasión tras las vacaciones. La gente tiene más ganas de ayudar de lo que te puedas imaginar, y desea que disfrutes de estar en su país, en su contexto vital o compartiendo un momento de sus vidas. Y cuando todo salga tal y como tú lo querías, vas a sentirte satisfecho y más confiado.

 

 RECONSIDERAN SUS OBJETIVOS

Las vacaciones son un momento fantástico para revisar aquellos viejos objetivos que nos habíamos marcado, o incluso para marcarte nuevos retos. Cuando estás lejos de tu rutina diaria, estás mejor posicionado para ver en qué momento estás de tu vida y contemplar dónde te gustaría estar en un futuro. La gente que goza de un alto nivel de inteligencia emocional suelen ser muy buenos a la hora de desconectar de sus hábitos diarios de vez en cuando, percisamente para poder reenfocarlos y hacer un inventario de sus vidas.

Tienes que hacer lo mismo. La estimulación y las nuevas experiencias de tus vacaciones van a darte la oportunidad de generar nuevos pensamientos en tu mente. Puede que no vuelvas a casa con una nueva estrategia vital definida, pero habrás comenzado a mover el engranaje de nuevas ideas y aspiraciones.

Personalmente, yo intento ser más creativo y perspicaz cuando estoy de vacaciones, en las montañas o en el mar. Si sabes que hay ciertos contextos en los que eres más reflexivo, deja que estos sean los que guíen tus planes. Si tras tus vacaciones vas a tener que volver a un trabajo o una carrera profesional que no te satisfacen, estas te van a dar la oportunidad de orientar tus primeros pasos hacia el cambio.

 

MEJORAN EN SUS HÁBITOS DE RESISTENCIA

Mientras te gusta repetirte que el próximo mes finalmente empezarás a hacer meditación o conseguirás establecer una rutina satisfactoria, muy a menudo la vida se pone de por medio. La gente emocionalmente inteligente no es inmune a todo esto, pero es buena a la hora de utilizar el periodo vacacional para volver a equipar las estrategias de resistencia.

Las vacaciones nos dan la oportunidad de volver a lo que sabemos que debemos estar haciendo para nosotros mismos pero para lo que no siempre tenemos tiempo. También pueden ser un tiempo para probar cosas nuevas y para ejercitarnos. Es posible que te encuentres con actividades satisfactorias o relajantes que nunca jamás habías pensado que te gustarían y que descubras maneras de integrarlas en tu rutina postvacacional cuando vuelvas a casa. Lo que hagas en tus vacaciones puede que no cambie tu vida, o tu carrera profesional, pero seguramente volverás a casa siendo emocionalmente un poco más inteligente que cuando te fuiste – sin sentir que te haya costado ningún trabajo en absoluto.

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