Hoy en día, con la digitalización informática, las médicas dedicamos entre 60-90 minutos de tiempo extra para completar registros, formularios y solicitudes. Constantemente recibimos notas automatizadas, la lentitud del sistema es exasperante y nos retrasa y nos encontramos ante situaciones que no salen como habíamos planeado, ni en tiempo ni en forma.
Todo ello nos pone en un contexto en el que la incertidumbre es nuestra mayor constante y debemos ser inteligentes y aprender a movernos en unos parámetros que, en una grandísima parte de ocasiones, no dependen de nosotras mismas. Identificar qué momentos nos pertenecen, esos momentos en los que podemos conectar con esta parte de nuestro YO que hemos desactivado ligeramente para ser funcionales, es una demostración de Inteligencia Emocional.
Algunos expertos clasifican el Burnout del médico en una escala entre 1 y 5 con los siguientes criterios de intensidad (siendo 5 el factor más intenso):
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Tener demasiadas responsabilidades burocráticas (4.96)
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Pasar demasiadas horas en el trabajo (4.29)
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Ingresos no lo suficientemente altos (4.04)
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Sentirse como una más en el sistema (3.96)
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Demasiadas horas ante el ordernador (3.81)
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Demasiados pacientes difíciles (3.74)
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Sobrecarga asistencial (3.64)
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