Es probable que hayas oído hablar de la inteligencia emocional, pero ¿sabes de verdad qué es?
En este artículo vas a descubrir qué es la inteligencia emocional, cuáles son las 4 habilidades que la componen y por qué es importante tenerla, tanto en nuestra vida personal como en nuestro desempeño laboral.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es un concepto que surgió hace ya unas décadas, a raíz de que unos investigadores detectaron que el éxito en la vida no se relaciona de forma directa con las capacidades de lógica o de racionalidad. En este sentido, podemos decir que no existe un único tipo de inteligencia.
El psicólogo Howard Gardner desarrolló la Teoría de las Inteligencias Múltiples y separó la inteligencia en varios subtipos: lingüístico-verbal, lógico-matemática, visual-espacial, musical, corporal-kinestésica, intrapersonal, interpersonal, naturalista, existencial, creativa, colaborativa y emocional.
Más tarde, en 1997 Peter Salovey y Jhon Mayer hicieron un esfuerzo en desarrollar una visión científica sobre el concepto de inteligencia emocional y crearon un modelo teórico bien contrastado, en el que proponen varias ramas o dimensiones de la inteligencia emocional.
Salovey y Mayer describen la inteligencia emocional como 4 habilidades, que corresponden a 4 niveles jerárquicos, pero que se encuentran interrelacionados:
- percibir, valorar y expresar nuestras emociones
- acceder a los pensamientos generados por nuestras emociones
- conocer y comprender nuestras emociones
- regular nuestras emociones
En este sentido, para Salovey y Mayer tener inteligencia emocional es ser “un pensador con corazón” (“a thinker with a heart”). No se trata de modificar nuestras emociones en respuesta a un estímulo, sino de regular la reacción que tenemos ante dichas emociones.
Las 4 ramas de la inteligencia emocional según Salovey y Mayer
A continuación vamos a ver las 4 ramas o dimensiones que presenta la inteligencia emocional según el modelo de los psicólogos Salovey y Mayer.
1. Percepción emocional
El primer nivel es identificar nuestras emociones y las de los demás. En primer lugar, debemos comprender lo que estamos sintiendo, así como los pensamientos que nos generan dichas emociones. También debemos ser capaces de identificar y comprender las emociones de los demás.
Asimismo, debemos saber expresar nuestras emociones y comunicar nuestras necesidades de forma correcta, así como identificar si los demás están expresando sus emociones de forma adecuada o no.
2. Facilitación emocional
En este segundo nivel, nuestras emociones nos generan una serie de pensamientos y nos hacen cambiar de un estado emocional a otro, haciendo que podamos valorar diferentes opciones antes de tomar la decisión más acertada.
3. Comprensión emocional
Aquí hablamos de nuestra capacidad para nombrar nuestras emociones de forma precisa, de comprender qué emoción concreta estamos sintiendo (incluso si es compleja) y de detectar cuándo estamos pasando de una emoción a otra.
4. Regulación emocional
En este último nivel, hablamos de la regulación reflexiva de nuestras emociones. No debemos ocultar o limitar nuestras emociones, sino identificarlas, decidir si son útiles o no para nosotros y gestionarlas. En este sentido, tenemos que moderar las emociones que nos generan malestar y aumentar las que nos traen bienestar, tanto las propias como las ajenas.
¿Por qué es importante tener una inteligencia emocional alta?
Es evidente que las emociones están siempre presentes en nuestro día a día, tanto a nivel personal como profesional. Aunque no seamos conscientes, muchas de ellas influyen en nuestras decisiones.
Tener una inteligencia emocional alta nos ayuda a reconocer, regular y comprender nuestras emociones y las de los demás. Además, nos ayuda a ser críticos con nosotros mismos de forma positiva, valorándonos sin juzgar y buscando puntos de mejora.
Por lo tanto, si tenemos una inteligencia emocional alta, seremos capaces de crear relaciones equilibradas tanto a nivel familiar como laboral.
¿Por qué la inteligencia emocional es necesaria en nuestro trabajo?
En la actualidad las tareas se están automatizando cada vez más y se vuelven repetitivas y rutinarias. Sin embargo, cada vez es más importante desarrollar competencias emocionales relacionadas con el trato al paciente.
En general, parece que el éxito en el entorno laboral (buenos líderes, trabajo en equipo efectivo, clima laboral agradable, etc.) va asociado a tener en plantilla profesionales con una alta inteligencia emocional.
Mientras que un alto coeficiente intelectual solo predice el 20% de los factores de éxito, el 80% restante depende en gran medida de la inteligencia emocional.
En conclusión, una buena inteligencia emocional nos ayuda a realizar nuestro trabajo como sanitarios de forma más eficiente.
